Seguido y testeado: La realidad de todos cuando volvamos al trabajo

Las empresas - por ahora la construcción y manufactura, pero más adelante se sumarán otras - pedirán a los trabajadores que se tomen pruebas de coronavirus, informen síntomas, tapabocas, tengan tu ubicación, sensores y cámaras.


Un buen ejemplo nos ofrece un artículo de la revista del MIT , en donde señala cómo la industria de Estados Unidos se está preparando para poner en marcha su industria en condiciones de bioseguridad.

En Colombia, lo que queda por ver es cómo responden los propios trabajadores cuando los empleadores les ordenan que tomen pruebas, divulguen síntomas, se pongan máscaras, usen trajes especiales y trabajen bajo la atenta mirada de los sensores que monitorean su temperatura o proximidad a sus colegas.

Ciertamente, muchos verán estas medidas como compensaciones necesarias y temporales para proteger su salud, así como la de sus compañeros de trabajo y su comunidad. Pero las quejas y las protestas por las cargas de las libertades civiles impuestas por las órdenes de permanecer en casa sugieren que muchos otros no lo harán.

Al menos las empresas tendrán que limitar cuidadosamente el uso de datos, proteger la privacidad sanitaria de sus trabajadores y revertir las medidas a medida que el brote retroceda.

Pero lograr el equilibrio adecuado será una lucha continua a medida que cambien los niveles de infección, los temores en salud se desmayen y los empleados crezcan cada vez más cansados de este nuevo y austero mundo laboral.

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